🍵 La Crisis del Matcha: Cómo TikTok Está Agotando el Té Verde Más Preciado de Japón

Las redes sociales han convertido el té ceremonial japonés en un commodity tan escaso como las zapatillas de colección

Son las 12 de la madrugada cuando Narita Naret recibe la alerta por la que había pagado un servicio de notificaciones. El producto que tanto deseaba estaba de vuelta en stock, y sabía que tenía apenas minutos para actuar.
Se apresuró a abrir el sitio web donde los artículos ya estaban en su carrito de compras. Conteniendo la respiración, hizo clic en el botón de compra.
La pantalla cargó. Su compra fue exitosa.
Narita, de 25 años y residente de Oregón, no había conseguido un par de zapatillas raras o algún objeto de colección codiciado. Había comprado té. Específicamente: tres pequeñas latas de matcha de alta calidad, el té verde japonés en polvo que se ha vuelto tan escaso como un artículo de lujo.
“Es igual que los Labubus”, dice Narita refiriéndose al matcha que compró este mes, comparándolo con los llaveros de muñecos de culto por los que los coleccionistas hacen fila —y ocasionalmente se pelean.
Cuando el té se convierte en hype
El matcha ha venido creciendo en popularidad mundial durante años, particularmente entre consumidores conscientes de la salud debido a sus beneficios potenciales. Pero en el último año, la demanda se ha disparado a niveles vertiginosos, según personas de la industria, quienes lo atribuyen en gran parte al buzz de internet.
“Todo el mundo lo está demandando, especialmente en las redes sociales —TikTok, Instagram, en todas partes”, explica Matthew Youn, propietario de Maison Koko, un mayorista y minorista australiano que vende aproximadamente 11 toneladas de matcha anualmente.

En años recientes, los ingresos de su empresa típicamente crecían entre 10 y 20 por ciento mensualmente, una tasa saludable. Pero del primer al segundo trimestre de este año, se triplicaron.
La oferta se ha vuelto tan escasa que en mayo, Youn pagó un millón de dólares australianos (más de $600,000 dólares) por adelantado a sus proveedores en Japón para asegurar matcha para los próximos seis meses, en lugar de pagar semanalmente como había hecho en el pasado.
Los números que revelan la crisis
La escasez no es imaginaria. Los datos oficiales pintan un panorama alarmante: en 2023, Japón solo produjo cerca de 4,600 toneladas de tencha (la hoja de té que se muele para hacer matcha), comparado con más de 40,000 toneladas de sencha, el té verde suelto más comúnmente consumido.
Pero hay más contexto: según la Asociación Central del Té de Japón, Japón cosechó 5,336 toneladas métricas de tencha en 2024, la cifra más alta registrada. Sin embargo, la producción de 2025 se ve amenazada por el calor récord que está afectando las plantaciones.
“La producción de matcha de Japón se disparó de 1,471 toneladas en 2010 a 4,176 toneladas en 2023”, reporta el Ministerio de Agricultura japonés.

Aún así, el año pasado el matcha representó más de la mitad de las 8,798 toneladas de té verde exportado desde Japón. Es decir, la mayoría de la producción japonesa de matcha ya no se queda en Japón.
El malentendido cultural que alimenta la crisis
Siguiendo pistas de las redes sociales, muchos consumidores extranjeros buscan matcha de la más alta calidad, que tradicionalmente se usa solo en ceremonias del té, en lugar del matcha culinario, que es más barato y fácil de producir.
“Las redes sociales parecían estar promoviendo la idea de que el matcha de alta calidad debería usarse en bebidas cotidianas, como lattes de matcha, pero ‘nunca fue destinado a ser un artículo de mercado masivo'”, explica Agnes Balogh, directora gerente de Sazen Tea, un minorista en Kioto.

El matcha de grado superior requiere tiempo y trabajo intensivo y solo se produce en pequeñas cantidades. Los agricultores deben recoger las hojas de té a mano, que luego se secan y se muelen en molinos de piedra especializados que pueden procesar menos de dos onzas de hojas por hora.
Números que hablan por sí solos
Los datos de Sazen Tea son reveladores: en septiembre de 2023, la empresa vendió alrededor de 2,700 unidades de matcha de grado superior cultivado en Uji, la región productora de té más conocida de Japón.
Un año después, esa cifra mensual se había más que quintuplicado, a casi 14,000 unidades.
“Simplemente no podemos mantenernos al día con la demanda”, confiesa Balogh.
El minorista, que vende principalmente a clientes en Estados Unidos, ha puesto límites en los pedidos en línea. De lo contrario, “todo nuestro stock mensual se agotaría en unas pocas horas”.
El efecto dominó de la viralidad
Las señales de que la demanda mundial estaba tensionando la industria del matcha de Japón comenzaron a aparecer a finales del año pasado, cuando algunas marcas populares comenzaron a implementar límites de compra, aumentar precios o suspender temporalmente las ventas.
“En ese punto, la locura parecía estar enfocada en algunas marcas que habían explotado en las redes sociales, pero en general, el matcha aún estaba disponible”, dice Anna Poain, directora de la Asociación Global del Té Japonés.
Pero conforme se extendían los temores de una escasez más amplia, “más y más gente comenzó a entrar en pánico”. La demanda subió aún más cuando los compradores trataron de abastecerse, y pronto se volvió más y más difícil de encontrar en Japón.

Han surgido servicios pagos de notificación que monitorean sitios web y envían alertas de reabastecimiento. Los amantes del matcha como Narita ahora luchan por obtener sus mezclas favoritas, necesitando esperar por un reabastecimiento que puede ocurrir irregularmente y sin advertencia, agotándose en minutos.
Una industria no preparada para la viralidad
La industria está mal equipada para lidiar con el cambio súbito: muchas de las granjas de Japón que producen hoja de té para matcha son operaciones pequeñas, familiares. Los agricultores tienden a ser mayores, ya que menos jóvenes quieren entrar a la industria.
Y simplemente cultivar más té no es la respuesta, ya que se necesitan cinco años para que las nuevas plantas maduren.
“El gobierno japonés ha estado animando a los agricultores de té a cambiar su enfoque de otros tipos de tés al matcha, pero algunos dudan porque no saben cuánto durará su popularidad”, explica Poain.

“Mucha gente dice que llegó para quedarse, pero quién sabe. Tal vez es solo una tendencia, tal vez pasará en cinco años. Y construir fábricas, etcétera, es un riesgo. No se hace tan fácilmente”.
El calor extremo empeora la situación
El calor récord de Japón en 2025 está añadiendo presión adicional a una industria ya tensionada. Las plantas de matcha requieren sombreado del sol excesivo durante su período de crecimiento para desarrollar más aminoácidos y compuestos biológicamente activos como la clorofila y la teanina.
Las altas temperaturas están complicando este delicado proceso, amenazando tanto la calidad como la cantidad de la próxima cosecha.
El precio del hype
La escasez ha disparado los precios a niveles nunca vistos. Mientras que el matcha culinario básico solía ser accesible, el matcha ceremonial de alta calidad ahora se vende a precios premium, con algunas variedades costando más de $100 dólares por apenas 30 gramos.
La cosecha de primavera de abril y mayo ayudó a aliviar la escasez, pero Poain advierte que la escasez probablemente regresará conforme avance el año, peor que antes.
Cuando la tradición choca con la viralidad
El matcha, que se originó en China pero se asoció más estrechamente con la cultura japonesa, viene de la misma planta (Camellia sinensis) que otros tés con cafeína. Usualmente se reserva para ocasiones especiales en Japón, pero personas en la industria dicen que muchos consumidores extranjeros lo han adoptado como una bebida cotidiana.
“Todo el mundo lo está demandando, especialmente en las redes sociales —TikTok, Instagram, en todas partes”, resume Matthew Youn.
La ironía es palpable: un té que durante siglos fue símbolo de contemplación y ceremonia en Japón, ahora se ha convertido en el centro de una fiebre de $3.8 mil millones de dólares que está agotando las reservas del país que lo perfeccionó.
La pregunta que queda es si esta “obsesión” global, como la llama Al Jazeera, podrá sostenerse sin destruir la tradición y calidad que hicieron especial al matcha en primer lugar. Por ahora, los agricultores japoneses siguen luchando por mantenerse al día con un mundo que descubrió su tesoro verde a través de una pantalla.